1. La ciencia contemporánea
La
ciencia (del latín
scientia, "conocimiento"),
es un conjunto ordenado de conocimientos, que explican las causas y las
relaciones que se dan entre los seres, los fenómenos y sus propiedades. El
saber científico no aspira a conocer las cosas superficialmente, sino que
pretende entender las causas de lo que existe y de lo que ocurre, porque al
entender las causas se comprenden mejor los efectos.
El
conocimiento científico, se distingue del conocimiento espontáneo o vulgar, por
la forma metódica y sistemática en la que se obtienen, siendo la tradición o la
experiencia el origen de los conocimientos vulgares.
La
ciencia es descriptiva, explicativa, definitoria, etc., investiga qué son las
cosas, cómo actúan, cómo se relacionan, cuando, dónde, por qué.
Las
ciencias pretender establecer leyes, basadas en las
características comunes de las cosas y en la repetición de los fenómenos.
Podemos
decir que el objetivo de la
ciencia es conocer la realidad, comprenderla, para ponerla al servicio de la
humanidad, pues, el ser humano se dedica a la ciencia movido por su afán de
saber e instigado por sus infinitas necesidades.
En
este marco, puede reconocerse que existen diferentes puntos de vista acerca del
valor de la ciencia:
·
Valor explicativo de la ciencia
Einstein
comparaba la ciencia con una novela policial. Se
trata de un misterio no resuelto, del cual no podemos estar seguros que tenga
solución. El libro viene a ser la naturaleza, todo lo
que existe. A medida que lo leemos vamos conociendo más acerca de sus
personajes, nos emocionamos, descubrimos pistas, etc. Pero a pesar de que
leamos mucho estamos lejos de la solución y no sabemos con seguridad si ésta
existe. Pudimos explicar ciertos datos de manera
coherente pero luego aparecen otros que nos hacen cambiar de parecer. En las novelas policiales
llega un momento en le que se disponen de todos los datos, en la novela policial de
la naturaleza nunca se
disponen de todos los datos. Tampoco se puede ir a la última página del libro a ver la
solución. El hombre de ciencia
tiene que buscar los datos ordenarlos coherentemente. Pero el científico no
cuenta con un crimen ya cometido, tiene que cometerlo él, para luego
investigarlo.
Para
Einstein y para muchos hombres de ciencia contemporáneos, el misterio será
siempre indescifrable, para éstos el mundo físico tiene una racionalidad que la
ciencia se esfuerza por descubrir.
·
Valor descriptivo de la ciencia
La
ciencia debe limitarse a darnos una descripción clara y
económica de los hechos positivos. Sostiene que la ciencia tiene que observar
un solo campo y trabajar en él: el de las sensaciones que es todo lo que
podemos conocer. No es necesario hablar de causas ni de fuerzas misteriosas,
sólo debemos decir “sucede esto” o “esto otro”, etc. Podemos descubrir
relaciones que nos , prever que sucederá, pero nada más.
·
Valor predictivo de la ciencia
Las
ciencias no se limitan a describir lo que ocurre, sino que, a través del
conocimiento acumulado, intenta predecir lo que ocurrirá en cualquiera de las
esferas de la realidad. Algunas de éstas ha logrado conocer más el ser humano,
otras en cambio guardan aún grandes y profundos secretos; por ello, en las
primeras el valor predictivo es superior que en las segundas, provocando con
ello, en muchos casos, males significativos. Por ejemplo, en la medida en la
que no se pueda predecir un tornado, se tendrá que soportar sus consecuencias
sin mucha posibilidad de evitarlas
·
Valor práctico y social de la ciencia
Una
interpretación contemporánea atribuye a la ciencia un simple valor práctico o
instrumental. Establece que una teoría científica
sólo tiene sentido por las consecuencias prácticas que pueden derivar de ella
y, que las leyes científicas son simplemente normas de acción.
Es así que, en el siglo XIX se veía a la ciencia como la única
posibilidad de salvación de la humanidad, pues, se consideraba que el
conocimiento científico podía permitirnos conocer y dominar la naturaleza. A
finales del siglo XX y en lo que tenemos vivido del siglo XXI, las ciencias
están siendo relativizadas, porque el conocimiento científico ya no es
considerado ni universal ni perfecto ni eterno, sino una circunstancial forma
de entender la realidad. También hoy las ciencias son cuestionadas porque
parece que muchas perdieron su vocación de servicio a la humanidad,
convirtiéndose en simples recursos para amasar inmensas fortunas.
2. LA
EPISTEMOLOGÍA
Como ya se sabe,
el conocimiento humano ha sido tradicionalmente un importante objeto de estudio
de la Filosofía. “Gnoseología”,
“Epistemología” o, simplemente, “Teoría del Conocimiento” son términos
muy usuales con que se denomina ese campo especializado dentro de la
filosofía. (En
origen, el término epistemología era sinónimo de gnoseología, entendidos ambos
como teoría del conocimiento. Sin embargo, conviene aclarar que este segundo
sentido se refiere al conocimiento en general, mientras que el primero
–epistemología- debe tomarse como conocimiento científico.)
La Epistemología (del griego, episteme, “conocimiento”; logos, “teoría o tratado”), es una rama de la filosofía que investiga los problemas referidos al conocimiento humano. Problemas tales como: ¿qué es el conocimiento?, ¿en qué se diferencia el conocimiento llamado vulgar, del conocimiento científico?, ¿es posible el conocimiento?, ¿cuáles son los fundamentos del conocimiento científico? ¿Cuáles serías sus límites?, ¿cuál es su valor? Como suele suceder en todas las áreas de la Filosofía, las respuestas son, a través de la historia, múltiples y frecuentemente divergentes e incompatibles entre sí.
Aunque
tales respuestas se han venido produciendo desde épocas muy remotas, es en el
siglo XX cuando adquirieron su mayor relevancia, hasta el punto de que
expresiones tales como “Filosofía de la
Ciencia” o “Metodología de la
Ciencia” resultan imprescindibles en el lenguaje académico actual. A pesar
de su gran complejidad y controversialidad, es sencillo explicar el interés, la
importancia y la relevancia histórica del tema: preguntarse por el conocimiento
científico equivale, en términos muy generales y primitivos, a preguntarse por
la validez o credibilidad que tienen ciertos datos cognoscitivos sobre otros;
equivale a preguntarse por la garantía o seguridad que ofrece un planteamiento
cualquiera en cuanto posible fundamento de las acciones humanas. En tal
sentido, unas preguntas como, por ejemplo, “¿Cómo sé que lo que dices es verdad?” o “¿Cómo sé que puedo guiarme por tus explicaciones e informaciones
respecto a esta duda?” revelan la importancia de la epistemología y, la
necesidad del conocimiento sistemático y científico. Es así como esta área
filosófica se ha convertido en uno de
los grandes núcleos de interés humano, sobre todo en este siglo, cuando han
revolucionado prácticamente todos los conocimientos anteriores y, cuando la
tecnología, derivada de la ciencia, ha demostrado su gran poder de penetración
y control sobre el comportamiento de la naturaleza y del ser humano.
Para comprender mejor lo que es la epistemología y de esa forma saber la
naturaleza, la validez y los límites de los conocimientos que forman el
contenido teórico de la pedagogía, ahondaremos el problema del conocimiento.
2.1 EL PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO
Todo conocimiento es una relación entre el sujeto, que es el que conoce
(por ello “sujeto cognoscente”), y el objeto que es conocido (“objeto de
conocimiento”). A estos factores se suma la relación que se da entre ellos.
Estos son los tres elementos que hay en todo conocimiento.
La epistemología estudia la relación entre el sujeto y el objeto y todos
los problemas que esa relación plantea. Se plantea preguntas como por ejemplo:
si esa relación es posible, cuál es el origen de esta, su naturaleza, sus límites, etc.
El conocimiento puede ser entendido de diversas formas: como una
contemplación, como una asimilación o como una creación. Es una contemplación
porque conocer es ver, una asimilación porque es nutrirse y es una creación
porque es engendrar. Para el mundo griego es una contemplación, para el mundo
medieval es una asimilación y para el mundo moderno es una creación. Los
representantes de estas concepciones pueden hallarse en Platón, Santo Tomas y
Hegel,
respectivamente.
El origen, el valor y el objeto del
conocimiento también son entendidos de distintas formas.
El origen del conocimiento para los racionalistas está en el espíritu
humano, para los empiristas en la experiencia, para los críticos es el producto
tanto de la razón, como de la experiencia.
El valor del conocimiento para el dogmatismo
no tiene límites, cree que los
hombres pueden conocer la realidad tal cual es. El escepticismo (en griego, skeptesthai, “examinar”), niega la
posibilidad de alcanzar el conocimiento de la realidad, como es en sí misma,
fuera de la percepción humana; por extensión la palabra escepticismo significa
también duda de lo que es generalmente aceptado como verdad. Para el relativismo no existen verdades
absolutas y, al no existir éstas, sólo se puede conocer la realidad en forma
relativa, es decir, de acuerdo al contexto y las circunstancias. El empirismo, afirma que todo
conocimiento se basa en la experiencia, mientras que niega la posibilidad de
ideas espontáneas o del pensamiento a priori. El criticismo somete a crítica la posibilidad del conocimiento, sus
límites y sus fuentes. El positivismo
que admite
únicamente el método experimental y rechaza toda noción a priori y todo
concepto universal y absoluto, aunque en nuestros días se hizo presente
un movimiento neopositivista
que destaca en filosofía la importancia del análisis del lenguaje y de la
metodología científica.
Como se verá, las concepciones
que existen sobre el conocimiento son muchas, variadas y contradictorias en
muchos casos. La postura que tome en este sentido el cientista de la educación,
influirá nos sólo en su forma de concebir los conocimientos que se tienen o se
logren sobre educación, sino también sobre su acción pedagógica, así podrá ser
“dogmático”, “crítico”, “escéptico” o “positivista”
Las concepciones acerca del objeto del conocimiento dividen a las
ciencias en formales y de la realidad, pero eso lo veremos más adelante en la
clasificación de las ciencias.
2.2. CARACTERISTICAS DEL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO
Evitando adoptar una de las posturas descritas líneas arriba, podemos
decir en términos generales que el conocimiento científico es un saber crítico
(fundamentado), metódico, verificable, sistemático, unificado, ordenado,
universal, objetivo, comunicable (por medio del lenguaje científico),
racional, provisorio y que explica y predice hechos por medio de leyes.
·
Se
fundamenta a través de los métodos de investigación y
prueba El investigador sigue procedimientos,
desarrolla su tarea basándose en un plan previo. La investigación científica
no es errática (un mero hacer sin orientación) sino planeada.
·
Su
verificación es posible mediante la aprobación del examen de la
experiencia o la razón. Las técnicas de la
verificación evolucionan en el transcurso del tiempo.
·
Es
sistemático porque es una unidad ordenada, los nuevos
conocimientos se integran al sistema,
relacionándose con los que ya existían. Es ordenado porque no es un
agregado de informaciones aisladas, sino un sistema de ideas
conectadas entre sí.
·
Es
universal porque no busca un conocimiento de lo singular y concreto, sino el conocimiento de lo
general y abstracto, o sea de lo que las cosas tienen de idéntico y de
permanente.
·
Es
objetivo porque no depende de la subjetividad de las personas. Es de
valor general y no de valor singular o individual. Pretende conocer la realidad
tal como es, la garantía de esta objetividad son sus técnicas y sus métodos de investigación
y prueba.
·
Es
comunicable mediante el lenguaje
científico, que es preciso e unívoco, comprensible para cualquier sujeto
capacitado, quien podrá obtener los elementos necesarios para comprobar la
validez de las teorías en sus
aspectos lógicos y verificables.
·
Es
racional porque la ciencia conoce las cosas mediante el uso de la inteligencia, de la
razón.
·
El
conocimiento científico es provisorio porque la ciencia es perfectible,
porque la tarea de la ciencia no se detiene, prosigue sus investigaciones con
el fin de comprender mejor la realidad. La búsqueda de la verdad es una tarea
abierta.
·
La
ciencia explica la realidad mediante leyes, éstas son las relaciones
constantes y necesarias entre los hechos. Son proposiciones universales que
establecen en que condiciones sucede determinado hecho, por medio de ellas se
comprenden hechos particulares. También permiten adelantarse a los sucesos,
predecirlos. Las explicaciones de los hechos son racionales, obtenidas por
medio de la observación y la
experimentación.
En resumen: el conocimiento científico es un conocimiento objetivo que
se estructura en sistemas ordenados y
verificables, es un conocimiento obtenido metódicamente y comunicado en un lenguaje que intenta
evitar cualquier ambigüedad.
Como se verá más adelante, la pedagogía
intenta responder a las características de las ciencias contemporáneas y, los
conocimientos que acumula, intentan responder a las características del
conocimiento científico.
3. Los paradigmas científicos
En el período anterior al s. XX, tenemos dos grandes paradigmas o interpretaciones del
conocimiento científico: una, que sitúa la validez del conocimiento en los
mecanismos de la razón; otra, que sitúa esa validez en los datos de los
sentidos y de la experiencia. La primera es la interpretación RACIONALISTA del conocimiento
científico, asociada comúnmente al método deductivo
de descubrimiento y comprobación; la segunda, es la interpretación EMPIRISTA, que privilegia el método inductivo.
En el
siglo XX y en el que hoy nos corresponde vivir, se forjan, tres modelos básicos
de interpretación del conocimiento científico: Empirismo Lógico, Sociohistoricismo Humanista (o
"interpretativo") y Racionalismo
Crítico.
Por una parte, la Escuela de Viena,
adscrita al denominado empirismo o
positivismo lógico, hizo hincapié en que sólo era posible una clase de
conocimiento: el conocimiento científico. Sus miembros creían que cualquier
conocimiento válido tiene que ser verificable en la experiencia y la
experimentación, por lo tanto, que mucho de lo que había sido dado por bueno
por la filosofía no era ni verdadero ni falso, sino carente de sentido.
El sociohistorisismo humanista nos dice que los conocimientos se
hallan condicionados en mayor o menor medida por las condiciones históricas que
se viven, pues, éstas conducen a pensar de una cierta forma la realidad según
las circunstancias del momento.
El racionalismo
crítico de Karl Popper,
considera que la ciencia es una actividad esencialmente anárquica: escapa a
cualquier teoría del conocimiento que pretenda recoger en un único modelo de
racionalidad. Las ciencias avanzan no porque se prueba una teoría o una
hipótesis, sino en la medida en la que se demuestra la falsedad de las que se
consideran verdaderas.
Para lograr una mayor comprensión definiremos algunos elementos de la terminología que se emplea en este
ámbito del saber:
Los términos modelo, hipótesis, ley y teoría tienen
significados distintos en la ciencia que en el lenguaje cotidiano o coloquial.
Los científicos utilizan el término modelo para referirse a una
descripción de algo, especialmente una que pueda ser usada para realizar
predicciones que puedan ser sometidas a prueba por experimentación u
observación. Una hipótesis es una afirmación que (aun) no ha sido
bien respaldada o bien no ha sido descartada. Una ley física o ley
natural es una generalización científica basada en observaciones
empíricas.
La palabra teoría es incomprendida particularmente por el
común de la gente. El uso vulgar de la palabra "teoría" se refiere,
equivocadamente, a ideas que no poseen demostraciones firmes o respaldo. En
contraposición, los científicos generalmente utilizan esta palabra para
referirse a cuerpos de leyes que realizan predicciones acerca de
fenómenos específicos.
4. clasificación de las Ciencias
Las ciencias pueden clasificarse de acuerdo a múltiples criterios, por
su objeto, por su método, por su finalidad, por su orden histórico de
aparición, etc.
Por el objeto de
estudio, que es
el sector o ámbito de la realidad estudiada, las ciencias se clasifican en
ciencias de objetos ideales serían deductivas y, en ciencias de objetos reales
serían inductivas.
La clasificación por el método
las ordena en ciencias deductivas y en ciencias inductivas. Las inductivas son
las ciencias empíricas, de la observación y parten de la experiencia de casos
particulares para llegar a leyes universales. Las deductivas son las ciencias
abstractas o ideales, y parten de definiciones elaboradas por la razón y de
verdades generales para deducir de ellas la comprensión de hechos u objetos
particulares o de sus propiedades nuevas. Esto no es muy riguroso porque no
existen en la realidad ciencias puramente deductivas ni ciencias puramente inductivas.
La clasificación por la
finalidad, las divide en teóricas, normativas y prácticas. Las teóricas
buscan el conocimiento de las leyes, su objeto es averiguar como son las cosas.
Pueden ser abstractas y concretas. Las abstractas buscan leyes generales,
prescindiendo de los objetos y las concretas buscan conocer los objetos y a los
seres en sus caracteres propios. Las normativas buscan establecer normas, su objeto no
es investigar cómo son las cosas sino cómo deben ser. Las prácticas nos dan
reglas para la acción.
El orden de aparición histórico de cada ciencia también puede ser
criterio de clasificación. Porque nos muestran cómo van apareciendo en relación
con las ya existentes y qué toman de éstas.
Una de las clasificaciones más aceptadas es la de ciencias
fácticas y formales. Las
ciencias fácticas trabajan con objetos reales que ocupan un espacio y un
tiempo. La palabra "fáctica" viene del latín factum que
significa "hecho", o sea que trabaja con hechos. Se subdividen en
naturales y sociales. Las primeras se preocupan por la naturaleza, las segundas
por el ámbito humano. El ser humano es un ser natural, pero su mundo ya no es
natural. La naturaleza se desenvuelve independientemente de su voluntad, en cambio existe, en
forma paralela, un ámbito creado por él –la cultura-. Las ciencias naturales
son la biología, física, química, etc. Y las ciencias sociales son sociología, PEDAGOGÍA, economía, psicología, etc. La verdad de estas ciencias es
fáctica porque depende de hechos y es provisoria porque las nuevas
investigaciones pueden presentar elementos para su refutación y
perfeccionamiento.
Las formales trabajan con formas, es decir, con objetos ideales, que son
creados por el hombre, que existen en su mente y son obtenidos por abstracción.
Las ciencias formales son esencialmente la lógica y la matemática. Les
interesan las formas y no los contenidos.
Esta división tiene
en cuenta el objeto o tema de las disciplinas. Además esta división tiene en cuenta el
método por el cual se ponen a prueba los enunciados verificables. Mientras que
las ciencias formales se conforman con la lógica para comprobar sus teoremas,
las ciencias fácticas recurren a la observación y/o al experimento.
Las ciencias formales demuestran o prueban; las fácticas verifican
(confirman o disconfirman) hipótesis que
mayoritariamente son provisionales. La demostración es completa y final; la
verificación es incompleta y temporaria.
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